El implacable verano que había castigado sin remisión el extenso litoral de Surielen, también conocida como la tierra de las mil batallas, tocaba a su fin... Lentamente las horas diurnas se aceleraban, la piel quemada por el Sol iba palideciendo sin pausa... Eagleromo, el guerrero silente, entreabría sus ojos para vislumbrar algún punto indeterminado en el horizonte del vasto océano extendido ante sus ojos. El solsticio había sido largo y duro, casi como una inapelable sentencia de la fuerzas supremas de la naturaleza...
Eagleromo, el guerrero silente, en su fuero interno había intuido que la travesía del ciclo estacional seria exigente y que la alianza de los elementos no seria propicia... Pero antes de iniciar el viaje había recibido la benevolencia y el beneplácito de algunos de los dioses menores: Cronos, Fénix e Hipnos y del propio Hermes, mensajero de los dioses que habitan el Olimpo, a quienes había obsequiado con las ofrendas requeridas y los ritos propiciatorios... Durante unas semanas fué cómplice de sus designios y la certeza de alcanzar un fin largo tiempo deseado había hecho presa en él... Eagleromo, el guerrero silente, había consultado el oráculo de Eolo y el altar de Artea cuyas respuestas lograron encender una llama en su mente....
Las tardes junto al mar se sucedían y Eagleromo, el guerrero silente, susurraba sus mensajes con un hilo de voz apenas perceptible mientras avanzaba con paso firme... Se sentía fuerte y poderoso. Su silueta se dibujaba bajo sus pies como una saeta estilizada... Atrás había dejado mil y una batallas y en todas ellas había vencido... Una victoria sobre sí mismo que era su bien mas preciado, su orgullo de guerrero y fuente de su ambición... Estaba en ciernes una nueva contienda y sus armas estaban dispuestas. Su mente se mantenía en plena clarividencia, sus músculos afilados y su estrategia definida.... La odisea había empezado, un sendero sinuoso y repleto de incógnitas se mostraba ante nuestro guerrero... Los kilómetros eran duros, exigentes... El sudor y el esfuerzo constante cristalizaban en cada surco de su piel, sus zancadas firmes y acompasadas eran como el eco de una tormenta lejana, el humeante reflejo del Sol esculpía su veloz figura en movimiento.... (Atrás fueron quedando otros guerreros dispersos en otras batallas, en otros destinos ignotos, guerreros sombríos sin rumbo aparente, espectros fugaces, mensajeros del miedo, la duda y el engaño buscando desesperadamente su redención...)
La lucha había empezado... Senderos ignotos murmuraban bajo sus pies. La batalla más decisiva estaba en marcha y en sus ojos vidriosos se podía contemplar una fuerza infinita... Pero a veces una fuente de luz excesiva puede irradiar la razón y deslumbrar la visión más aguda y certera.... Es más ciego aquel hombre que ve sólo con sus ojos.... Eagleromo, el guerrero silente, en su inconsciencia, no escuchó las voces que, muy ténuamente al principio, llegaban desde lo más profundo, unas voces antiguas y plenas de sabiduría que le hablaban en silencio, las voces de las Hespérides, las hijas de la noche... Quizás Eagleromo, el guerrero silente, inmerso en su propia euforia no supo interpretar los signos enviados... Y el designio se hizo realidad... Una mañana en la que Eagleromo, el guerrero silente, corría tan veloz como Cyrrus, el unicornio blanco que galopa incansable por las montañas y los valles de Leanhdernet, recibió la señal definitiva... El Sol ardía en su pleno apogeo. Eagleromo, el guerrero silente, se quedó inmóvil durante unos segundos.... Su figura parecía atravesada por mil alfileres de fuego que lentamente empezaban a quemar en su interior...
Eagleromo, el guerrero silente, fue consciente de su impotencia... Supo que debía abandonar la batalla, que sus armas eran inútiles... Los dioses menores se habían confabulado en su contra y su veredicto era inapelable.... Sólo Hermes, el mensajero de los dioses se mantuvo en silencio, apesadumbrado... Inconscientemente y llevado por su afán de gloria, Eagleromo, el guerrero silente, había desafiado algunas leyes secretas instauradas a través de los tiempos por Zeus, Dios de los Dioses del Olimpo... Sea como fuere su ímpetu y su fuerza habían sucumbido a los poderes sobrehumanos del veredicto divino. Incluso algunos semidioses desterrados del Olimpo se regocijaron con su infortunio ocultos en las montañas.
Eagleromo, el guerrero silente, inmerso en su desesperanza y dolor, abandonaba sus armas con rabia contenida. Ya no sentía las ráfagas aéreas estrellándose contra su pecho y, minuto a minuto, una punzante sensación se apoderaba de todo su ser induciéndolo a la desesperanza.... No hubo pues ni victoria, ni derrota... No hubo batalla alguna....
El devenir de los tiempos sigue su curso. Los astros giran indefectiblemente sobre su eje en perfecta armonía y los dioses menores juegan con las debilidades humanas... Pero el espíritu de un guerrero es indestructible..... Eagleromo, el guerrero silente, sigue buscando su destino... Su travesía aún no ha finalizado. El camino sigue su curso a través de las horas interminables. Cada minuto que pasa se eterniza en su mente... Aún hay dolor, aún no cicatrizan sus heridas... Pero en un rincón del alma de Eagleromo, el guerrero silente, se atisba una brizna de esperanza...
Un nuevo solsticio ha llegado inundando los mares, la tierra, las montañas... En el oráculo de Eolo aun resuenan los ecos de sus últimas palabras y lentamente, muy despacio, se intuyen los lejanos cánticos de una nueva epopeya.
Para Eagleromo, el guerrero silente, aun es demasiado pronto, aun duelen las heridas, aun resuenan en sus entrañas los ecos del desengaño, aún hay voces que cantan falsos mensajes al viento... El designio de los tiempos está esculpido a fuego y la historia pide a gritos ser escrita de nuevo... Eagleromo, el guerrero silente, aún con el corazón oprimido levanta su mirada hacia el horizonte y cerrando sus ojos ansía desplegar de nuevo sus alas y correr lejos, muy lejos... Hacia su próxima batalla..... Hacia los caminos inescrutables de la ultradistancia...
Never think about the way that you leave behind, think about the way you need to go...
Nunca pienses en el camino que dejas atrás, piensa en el trayecto que te falta por recorrer...
This is XRT..!! Xtrem Running Tracks..
Como se nota la vocacion periodistica.Felicidades por esos 80 kms y esa motivacion y activacion constante que tienes entre las carreras y la bici,seguro que esos dos meses de descanso te vinieron fantastico,ya se va viendo y es que a veces viene bien curar las heridas.Por aqui seguiremos viendo tus aventuras,con la motivacion que llevas sera un gran año seguro.Eres un tipo duro,duro,duro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ostia Carles vas al trail ¿no?.os tenemos que ver en la salida y si con el colega que voy no tira,te vienes conmigo.OK.
ResponderEliminar¡Estas a tope Carles!
ResponderEliminar¡Pedazo tiradas!
Puedo resultar repetitivo... pero... se salen los fotomontajes tío. Me encantan.
¡Un saludo!
Me ha encantado. Fuerza para salir vencedor en esas batallas.
ResponderEliminar¿Es fotoshop o es que de verdad te han salido alas?. Se ve que estás disfrutando de esta aventura, lo único es que después de la ultradistancia no hay nada más, ... o puede que sí.
ResponderEliminarPor cierto, te recomiendo que pruebes el barefoot algún momento, no necesitas hacerte la kilometrada del siglo así, con un par de kilómetros te valdría, te da mucha información sobre tu forma de correr y fortaleces la musculatura del pie que es perfecto para prevenir lesiones.
Ya sabía yo que al final me harías caso.................... Y harías esas alas más grandes!!!!!!!!!!! ;)
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