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Panorámica general instantes antes de la salida |
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Los componentes del equipo Hoko Esport: Andrés Montalvo, David Torre y yo mismo |
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Con Fernando Torres, Finisher de la IDM Starter |
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Poco después de la llegada a Los Monegros con las "Chicas Isostar" Rocío y Carmen... |
Hace cuatro días que he regresado de Los Monegros.. Unos días que no sé por qué razón se me han hecho muy largos y monótonos. Siempre he pensado que después de culminar un objetivo de estas características lo que el subconsciente está pidiendo a gritos, casi suplicándolo, es un periodo de desconexión casi de sumergirse en una especie de reparador vacío mental… Pero no ha sido así… Desde que crucé la línea de meta el pasado domingo 15 de Julio y al margen de las secuelas físicas, de las que luego hablaré, mi mente está hiperactiva, mis neuronas me asedian constantemente con una sucesión imparable de las imágenes y sensaciones que he vivido durante 26 horas perdido en la inmensidad del desierto… Estas últimas noches he intentado refugiarme en el sueño reparador y aún así no he conseguido desconectarme del todo aunque poco a poco voy asimilando todo lo acontecido…
Escribir una crónica de esta aventura extrema y no hacerla larga e interminable es otro reto que voy a intentar superar… Por suerte, en esta ocasión y gracias Isostar Spain, tengo las imágenes en movimiento y en tiempo real de muchos de los momentos que he vivido en Los Monegros. Por tanto, ese vídeo:
"Embajador del Infierno" va a facilitarme complementar de alguna forma todo cuánto voy a plasmar en estas líneas para permitir que su lectura sea más llevadera…
Llegar al día señalado para tomar la salida en unas condiciones mínimas para ser capaz de mirar de frente la inacabable lejanía del desierto ha sido un proceso muy exigente y ese período previo, en sí mismo, considero que ha sido la primera gran dificultad a superar. Todavía me estoy haciendo una pregunta… Cómo se prepara un UltraTrail por el desierto en situaciones extremas..?? Cuántas horas, cuántos km y en qué condiciones hay que entrenar..?? Cuál es el punto de equilibrio que hay que encontrar para llegar a la fecha señalada en las condiciones idóneas a nivel físico y mental y que los propios entrenos no le pasen a uno factura antes incluso de empezar la gran prueba…?? Dudas, incertidumbres y esfuerzo diario para mantener lo más alto posible el nivel de exigencia en las sesiones de entreno…
No voy a entretenerme en explicar las diferentes sesiones de entreno que he realizado pero sí comentaré que tengo la sensación de no haber hecho todo lo que seguramente hubiera debido hacer aunque creo que ese factor al final me ha ido mejor de lo previsto... Me explico: A grandes rasgos el entreno consiste en sesiones de rodaje con grandes volúmenes de kilometraje alternados con otras sesiones más cortas en las que se trabajan los cambios de ritmo… Y ese volumen de km acabó por afectarme en la fase final del entreno... Prácticamente un mes antes del IDM tuve problemas con los tendones de Aquiles, mejor dicho, los tendones estaban bien pero estaba sufriendo una fase intensa de inflamación de la inserción del tendón en el calcáneo de ambos pies… Una vez establecido el diagnóstico, la prudencia me aconsejó reducir de forma ostensible el volumen de km para intentar paliar la inflamación además de aplicar las consabidas sesiones de crioterapia y crema antiinflamatoria.
El resultado fue aceptable, conseguí reducir la sensación dolorosa aunque esta se mantuvo, a un nivel más bajo, en estado latente… Así que, en estas condiciones, me dispongo a iniciar mi aventura por el desierto… Y cuando hablo de “aventura” aplíquese a este adjetivo toda su amplia gama de acepciones... Este IDM va a ser tan sólo mi 4º Ultra Maratón “oficial”. Es decir, que mi experiencia es aún poco consistente y va a ser el primero en el que voy a intentar superar los 100 km... Hasta ahora la máxima distancia alcanzada había sido de 73 km aunque en terreno de montaña que, de ninguna forma, puede compararse a las características orográficas del desierto, como luego os comentaré… En el apartado mental, a priori, estaba totalmente predispuesto a enfrentarme al infierno de Los Monegros, aunque luego la realidad superó todas mis expectativas… Sólo hay un objetivo claro y perfectamente definido en mi mente… He realizado un minucioso escaneo de cuál es mi situación y mis limitaciones y soy consciente de las condiciones en las que llego al momento definitivo… No voy a poder permitirme ninguna pequeña alegría durante los 114 km y estoy convencido de que el más mínimo error puede suponer una catástrofe en forma de abandono, en el caso menos drástico... Mi prioridad absoluta es cruzar la línea de llegada por encima de cualquier cosa (lentamente pero con convicción he estado asimilando el auténtico espíritu de la ultra distancia)… Esa es la premisa básica que voy a intentar mantener vigente durante el trayecto, voy a salir reservando al máximo mis energías y no forzando en absoluto mis castigados tendones, a quienes he cuidado al máximo estas últimas semanas… Ritmos controlados y constantes, sin altibajos, correr siempre que sea posible y, en caso contrario, caminar a paso ligero pero sin detenerse bajo ningún concepto excepto en los puntos que están programados… Tan sólo un pequeño alto de un máximo de 10 minutos en los controles establecidos por la organización (CP) para comer y beber un poco y realizar un pequeño masaje de descarga en los pies… Y ser capaz de resistir y sufrir como nunca antes lo he hecho en los momentos críticos que estaba convencido de que llegarían…
Salgo de casa a las 6:30 horas de la mañana del sábado y con total tranquilidad poco antes de las 9 de la mañana estoy ya en el campamento de Isostar en el desierto de Los Monegros... Mi primera observación se dirige hacia el cielo que cubre la inacabable superficie de tierra y piedras que nos rodea... Hace Sol y parece que el calor nos va a acompañar de forma persistente durante todo el día, la incógnita es saber hasta qué punto el termómetro se va a apiadar de los incautos corredores que vamos a profanar las puertas del infierno…
Todavía no hay mucho movimiento en el campamento... En cuanto llego saludo a las chicas de Isostar, veo a Rocío, a Carmen... Ya ha pasado un año desde la Starter y estamos de nuevo en el desierto..!! Lo primero es recoger el dorsal, el Sport-Ident y la barritas y geles de supervivencia que nos facilita la organización. Una vez con todo el material me dirijo al coche para depositarlo y decido dar una pequeña vuelta por el recinto del campamento. Es cuando coincido con Andrés Montalvo, blogger y corredor de ultradistancia, con quién he establecido contacto varias veces a través de la red. Andrés y yo, curiosamente, vamos a participar en el IDM con el mismo equipamiento que nos ha facilitado la firma Hoko Esport, así que este es un motivo más de complicidad entre nosotros... Estoy un buen rato charlando con Andrés, un gran corredor y una persona con la que comparto muchos criterios respecto de la ultra distancia…
Unos minutos después coincido con José Trejo, con quién, a posteriori, compartiría una parte muy importante del recorrido del IDM y con quien pasaría los momentos más críticos de la competición. José Trejo también estuvo aquí el año pasado para correr la edición IDM Starter y este año los dos hemos decidido enfrentarnos a la gran prueba en su mayor distancia...
Poco a poco el tiempo va pasando y cada vez hay más agitación en el campamento, llegan más corredores con sus respectivas comitivas y el ambiente poco a poco se va caldeando… 30 minutos antes de las 12 del mediodía, hora del inicio del IDM 2012, se pone en marcha el protocolo de la revisión del material obligatorio antes de entrar en la zona de control de salida… Lo cierto es que cuando tengo ya la mochila completamente dispuesta y con todo el material en orden calculo que su peso debe estar rondando los 2,5 kg… Me canso sólo al pensar que además de lo que se me viene encima voy a tener que llevar ese lastre durante todo el recorrido…!!
Estamos ya a pocos minutos de la salida y se añade a nuestro equipo Hoko Esport, David Torre también con el mismo equipamiento… y sin pretenderlo nos convertimos en el centro de atención con la ropa técnica elegida para este gran evento… Ciertamente curioso… Los últimos minutos antes de la salida los dedicamos a beber agua a pequeños sorbos pero de forma continua… En esa espera de poco más de 20 min me bebo una botella de litro y medio hasta la última gota… El calor ya empieza a molestar (El termómetro marca poco más de 30º) y todos los corredores que estamos recluidos a las puertas del infierno tenemos cada vez un ansía más evidente por empezar a correr y así, al menos, al estar en movimiento se generará alguna ráfaga de aire… El gran momento se acerca y el director de carrera, encaramado a lo alto de la ambulancia de la organización, nos recuerda las instrucciones básicas de la carrera y nos confirma que el circuito final va a ser de 114 km…!! Últimas fotos entre los corredores, saludos de despedida, emoción tensa en el ambiente…. Yo compruebo por última vez que mi cámara Midland AEE SF19S está preparada y dispuesta para iniciar su cometido ya que al ser elegido “Embajador del Infierno” a través de Isostar Spain tengo la misión de filmar un reportaje de todo el recorrido del IDM… Y eso también va a ser algo nuevo para mí…
Faltan tan sólo instantes para iniciar esta segunda edición del IDM, como dato os diré que, en la línea de salida, estamos tan sólo 117 corredores lo que induce a pensar que hemos sido muy pocos los que creemos ser capaces, al menos, de tomar la salida hacia las profundidades del infierno... Mientras que el año pasado fueron 133 corredores en este mismo lugar y a esta misma hora...
La salida se retrasa unos minutos por un pequeño problema en el generador del campamento que por fin se resuelve, se lanza un petardo al aire y… Empieza el IDM 2012..!!
Cómo es natural, exceptuando el grupo de cabeza, unos 10 corredores que van a luchar por la victoria, la gran masa de corredores salimos a un ritmo pausado y sin ningún tipo de aglomeraciones por encontrar una buena posición… El IDM ya se encargará de hacer su propia selección natural…
Estamos ya corriendo y con total tranquilidad enfilamos una larga recta que nos va introduciendo sin remisión en la garganta profunda del desierto… El ambiente entre los corredores es alegre y festivo, hay una gran sensación de complicidad entre todos y se oyen risas y comentarios festivos mientras vamos avanzando…. (Aunque más adelante ese ambiente se tornaría en un silencio sepulcral...) Yo me sitúo en el centro del gran grupo y empiezo a grabar las primeras imágenes de la carrera… El primer punto de control está ubicado a unos 12,5 km de la salida y es el que menos nos preocupa a todos porque uno va muy fresco y con energía disponible, a pesar de que la sensación térmica va cada vez en aumento y ello te hace entrever que lo que va a venir después va a ser realmente agobiante… Aun así, este primer tramo se hace bastante llevadero y una vez alcanzo el punto de control inicio el ritual previsto: vacío el agua sobrante, que ya está a temperatura ambiente y es mejor no beber, relleno los bidones, me tomo un barrita de Isostar y 5 minutos de recuperación… Tras lo cual vuelvo a salir hacia el siguiente punto de control, cuyo trayecto intuyo que va a ser más complicado ya que me separan de él unos 17 km,aproximadamente… El calor ahora ya es agobiante y empezamos a correr por tramos cada vez más complicados e incluso técnicos. De momento todavía no hemos encontrado desniveles pronunciados, pero cada vez con más frecuencia dejamos las pistas de tierra y nos introducimos en pleno desierto siguiendo únicamente la señalización marcada con espray naranja en las piedras… Es decir, no hay caminos ni senderos..!! Esto añade un grado mayor de dificultad para el corredor ya que cualquier mínimo despiste puede hacerte perder varios centenares de metros e incluso kilómetros… Precisamente el hecho de tener que concentrarse al máximo en la señalización al tiempo que centrar toda la atención en donde uno pisa en cada zancada, hace que poco a poco las energías se vayan resintiendo y el desgaste sea mayor…
A estas alturas de la carrera alcanzo a José Trejo y a Rafa González y me uno a ellos para formar un trío inicial… De momento vamos relativamente cómodos pero ya empezamos a notar el premonitorio cansancio y las primeros avisos de sobrecarga muscular en las piernas... La orografía del terreno se va complicando por momentos y, en algunos tramos de varios kilómetros del recorrido con un superficie muy irregular y difícil, decidimos dejar de correr y caminar a paso ligero para evitar algún inoportuno accidente al realizar una mala pisada que, en estas condiciones, puede suponer prácticamente el abandono...
Por mi parte, creo que voy manteniendo mi estrategia de carrera, y no estoy excesivamente maltrecho, a pesar de las incipientes molestias. El tema de la hidratación y alimentación está perfectamente controlado y en el apartado mental lo veo todo muy claro y en su sitio… En un momento del trayecto, entre los controles 1 y 2, y cuando ya llevamos un buen rato avanzando tomamos conciencia de que no vemos ninguna señal que nos indique que estamos siguiendo la ruta correcta. Nos detenemos los tres y buscamos desesperadamente algún indicio… Pero nada, ni rastro de la pista correcta… Así, después de unos largos minutos decidimos volver hacia atrás y explorar cada metro del recorrido intentando visualizar la marca naranja que puede ser nuestra salvación... Tras unos 20 minutos de búsqueda infructuosa por fin encontramos el camino correcto para alegría del grupo, nos habíamos ido en sentido contrario…!! En total calculamos que habremos recorrido unos 2 kilómetros de más... Pero eso ahora no importa… Estamos de nuevo en carrera… Y avanzamos, cada vez con más dificultad... Además hemos de sufrir ráfagas de viento durante muchos tramos de nuestro recorrido hacia el que será el kilómetro 40 aproximadamente donde está situado el control número 3… A estas alturas lo cierto es que el esfuerzo continuado durante esta primeras 7 horas ya está pasando factura… A pesar de lo cual las molestias aún no son agudas y puedo mantener un control total de la situación... Llego al punto establecido dispuesto a recuperar algo de energía y, la parte positiva, es que mentalmente sigo estando entero, plenamente consciente y con al ánimo dispuesto a seguir la lucha…
Tras unos minutos de recuperación volvemos a enfrentarnos a la ruta del infierno… Me informan de que a estas alturas del IDM ya se ha producido varios abandonos de corredores que iban situados por delante, lo que desde luego no es ningún aliciente para mi... En todo caso, todavía me resisto a hacer ningún balance hasta conseguir alcanzar el punto kilométrico que me sitúe aproximadamente en la mitad de la carrera… En este momento nuestro grupo de tres se ha convertido en cuarteto ya que hemos alcanzado a otro corredor en el descenso a uno de los barrancos que nos hemos encontrado en el camino... Seguimos avanzando por terrenos repletos de piedras y poco practicables y empiezan ya a producirse los primeros comentarios de desánimo entre algunos de los miembros del grupo: básicamente dolores musculares y cierto desmoronamiento mental… Yo, por mi parte, también estoy viviendo molestias desagradables en la zona de los talones y sensación de sobrecarga general… Pero no comento nada y voy dando ánimos a mis compañeros de aventura intentando que el ritmo no decrezca y que al menos manténgamos la tónica actual… Comento repetidas veces que en el próximo punto de control estaremos en el km 53, casi rozando el ecuador de la prueba, y que hay que hacer un esfuerzo para alcanzar esa referencia cuanto antes…
Hay momentos que empiezan a ser algo preocupantes y en el grupo se palpa una cierta sensación de desánimo ya que el ritmo, siguiendo esa inercia negativa, se ralentiza en ocasiones pero hay que seguir adelante a pesar de la intensidad del dolor creciente... Llevo ya casi 10 horas en carrera, dentro de poco va a empezar a anochecer e ignoro cómo voy a sobrevivir en la noche en el desierto…. Interiormente valoro la posibilidad de ir un poco más rápido, ya que a pesar del cansancio acumulado, aún me siento con fuerzas pero ello implicaría dejar atrás a mis tres compañeros y decido que es mucho más razonable quedarme con ellos y pasar la noche juntos...
En la mayoría de tramos vamos ya en completo silencio pensando tan sólo en alcanzar, de forma casi obsesiva, el siguiente control que puede ser un punto de inflexión en nuestra aventura y que nos permitirá descansar y recuperar unos minutos… Finalmente, tras 10 h y 25 min en competición tomamos posesión de nuestro siguiente objetivo...
El grupo llega más muerto que vivo, las expresiones de nuestros rostros son totalmente explícitas... José Trejo se queja de dolor tibial intenso y dolor en ambos pies y me insinúa que no va a poder acabar, Rafa González casi no habla y se tumba medio inerte en el suelo, el otro compañero, Manel, que está sentado a mi derecha, en completo silencio, decide abandonar la carrera ya que no está en condiciones humanas para poder continuar y además tiene varias ampollas muy dolorosas en ambos pies... Mientras, yo también me siento unos minutos para comer algo y, ahora, sí, interiormente hago un primer balance de la situación... Prácticamente estoy en la mitad de la prueba… He llegado al km 53 físicamente muy cansado, con las piernas muy cargadas, el dolor en los talones está ahí pero se mantiene estable y a pesar de todas las dificultades que hasta ahora he encontrado: calor, viento, terreno abrupto y técnico, monotonía… Creo que mi estrategia aun es válida, me veo con energía suficiente para atravesar la noche del desierto en compañía del grupo y estoy convencido de que una vez amanezca veré las cosas desde otra perspectiva y con algo más de optimismo...
Pero en este punto empieza una de las partes más terribles del IDM... Con el afán de recuperarse lo antes posible mis tres acompañantes, que permanecen sentados o tumbados en el suelo, realizan una parada más larga de lo habitual…. La noche está cerrada y empieza a soplar un viento cada vez más frio… De pronto, me doy cuenta de que estoy empezando a temblar... Cada vez con mayor intensidad hasta que tras unos minutos ya no puedo controlarme… Estoy temblando de forma compulsiva… Soy consciente de que si sigo en el control unos minutos más ya no podré seguir adelante... Me quedaré clavado…!! Me levanto, me cargo la mochila y les digo a los miembros del grupo que o nos ponemos en marcha o aquí se acaba la aventura… Tras insistir un par de veces nos ponemos en marcha no sin antes colocarnos el cortavientos para intentar paliar el descenso constante de la temperatura nocturna... A pesar del abandono de nuestro anterior compañero volvernos a salir 4 corredores de nuevo ya que antes de llegar a este último control hemos alcanzado a Andreu, otro corredor que también se ha unido a nosotros… Tenemos por delante una larga y terrible noche hasta alcanzar por la mañana el siguiente punto de control en el km 66 aproximadamente…
El trayecto nocturno a través de las inhóspitas llanuras de Los Monegros es un infierno profundo y sin luz… En la mayoría de tramos tampoco hay caminos señalizados sino que nos hemos de guiar por las marcas de espray gris fluorescente que encontramos en piedras y arbustos. Además el terreno está salpicado de piedras y pequeños desniveles que pueden propiciar un desagradable tropiezo en cualquier momento... El avance es penoso y dificulta mucho nuestra marcha… Pero yo soy consciente de que no puedo disminuir el ritmo ya que si lo hago me voy a quedar helado puesto que, a pesar del cortavientos, sigo tiritando… En un punto indeterminado de esta travesía nocturna nos damos cuenta de nuevo y sin saber cómo que estamos caminado entre la nada… Nos hemos vuelto a extraviar..!! Y ahora es mucho más complicado ya que estamos a oscuras, la noche cerrada se cierne sobre nosotros y no se ve más allá de 3 ó 4 metros hacia delante con el frontal… En ese momento, anímicamente, tengo un bajón considerable… Me hundo irremisiblemente..!! He llegado hasta aquí, he superado más de la mitad de la carrera sufriendo como un condenado, tenía muy claro que a pesar de todo podríamos llegar al amanecer y conectar con el siguiente control y ahora estamos perdidos en medio de la noche desértica..!! Intentamos desesperadamente los 4 miembros del grupo buscar alguna señal indicadora y tras largos minutos de tensión parece que no todo está perdido... Uno de nosotros, no recuerdo quién, visualiza un reflejo fluorescente entre la oscuridad.!! Retomamos la ruta prevista pero aquí no se acaban los problemas sigo teniendo frío, sigo temblando y no soy capaz de reaccionar... Creo que estoy en las últimas y decido intentar una alternativa desesperada cómo último recurso... Me detengo, me quito la mochila y saco la manta térmica metalizada… Me envuelvo con ella de cintura para arriba dejando tan solo al descubierto la cara y el frontal… y poco a poco… muy lentamente parece que recupero algo de calor, al menos lo suficiente para seguir avanzando, soportar mejor el frío y no detenerme… Al cabo de unos minutos José Trejo decide imitarme y también se coloca su manta térmica encima... Parece que esa solución nos facilita el calor mínimo, imprescindible y necesario, para continuar…!! A todo eso me doy cuenta de que ya nos hemos quedado solos José Trejo y yo…. Más tarde sabríamos que Rafa González y Andreu, el otro compañero, que iban unas decenas de metros detrás, se volvieron a perder y decidieron abandonar…. Una lástima..!!
De modo que los dos supervivientes acabamos de pasar el resto de la noche avanzando envueltos con nuestras mantas térmicas de las ya no nos despojaríamos hasta prácticamente las 6:30 de la mañana… Vamos ya camino del control 6... Como puede suponerse a estas alturas el cansancio es superlativo, inhumano, demoledor…. José Trejo, que se mantiene a mi lado, me dice que va a abandonar, que ya no puede más, que en el siguiente punto de control lo deja… Yo intento animarle diciéndole que estoy igual o incluso peor que él pero que no voy a abandonar, que si hemos sido capaces de superar esa noche infernal, no vamos a dejarlo ahora cuando ya ha amanecido… Que hemos de resistir hasta alcanzar el punto de control siguiente dónde ya estaremos en el km 80 y que no hay vuelta atrás… Así que nadie va a retirarse, hay que resistir hasta el final…!!
He de decir que a estas alturas yo ya me he convertido en un auténtico autómata que me muevo de forma programada repitiendo de mecánicamente los mismos movimientos al avanzar, básicamente, porque si intento variar la longitud de la zancada o la inclinación del cuerpo, el dolor es insoportable... Y no sólo hablo de las piernas, inclúyase todo el resto del cuerpo… Así que me armo de valor y con la mirada perdida por el cansancio desbordado voy salvando los obstáculos como mejor puedo y avanzando metro a metro como si fuera el último de mi existencia… Tras más de 18 horas en carrera alcanzamos el control 6…!!
Con José Trejo, compañero de aventura, en el km 92 antes del asalto final...
En ese momento pienso que estamos ya rozando el auténtico punto de inflexión y prefiero no pensar en el dolor que siento en cada palmo de mi cuerpo y mucho menos en el que voy a experimentar a lo largo de los próximos km… Pero a partir de aquí, mi mente, en una especie de protocolo de autoprotección, parece que se bloquea y no me permite procesar más sensaciones dolorosas de las que ya tengo… Es una sensación muy difícil de explicar... Es como si uno hubiese alcanzado el máximo dolor soportable y a partir de ese nivel se vuelva inmune a mayor sufrimiento... Sientes el dolor, sabes que está ahí pero lo controlas, de alguna forma se convierte en tu cómplice... En esta especie de punto sin retorno empiezo a creer que puedo intentar acabar… Empiezo a convencerme, aun tímidamente, de que ser Finisher del IDM 2012 puede estar a mi alcance… El dolor y el cansancio son de tal magnitud que ya no pueden ir a más...!! Bebo y como lo justo en este control y tengo la indescriptible sensación de que me siento algo mejor, aunque mis condiciones no sean las idóneas para celebrar ninguna fiesta, siento renacer en mi interior una pequeña llama de esperanza…. Intento transmitirle a José Trejo un poco de ánimo y le vuelvo a repetir que ni se le ocurra pararse... Que prácticamente ya lo tenemos…!! Además, en este tramo final, vamos a coincidir con los primeros corredores de la Starter que han salido a las 9 de la mañana, y eso va a ser algo positivo ya que no nos sentiremos tan solos y abandonados en la parte final…
Durante los siguientes km consigo mantener la inercia y voy estabilizando el ritmo de carrera y, por suerte, aunque físicamente estoy destrozado, mi fuerza mental resurge por momentos y me empuja hacia delante... Por si acaso, me tomo un par de Ibuprofenos y le comento a José Trejo si en ese instante le parece bien aumentar el ritmo. Me dice que de momento va a mantenerse como está... Le respondo que yo sigo para delante un poco más rápido, aunque no sé si seré capaz de resistir, y que espero verle en la llegada…
Esta reacción, al decidirme a acabar el IDM a buen ritmo, quizás fue más una temeridad que otra cosa, aunque me dió buen resultado. Creo que en ese momento tuve la necesidad imperiosa de probarme a mí mismo y de saber si, en estos últimos 20 km, podría mantener un ritmo de carrera razonable... Pero, insisto, pudo salirme mal y dar al traste con todas mis expectativas... Fue un impulso vital que no pude controlar…
Inicio ese tramo final… Parece que por suerte mis maltrechos talones incluso mejoran algo al correr con más amplitud en la zancada y me conjuro para mantener ese ritmo mientras pueda…. Con esta misma dinámica alcanzo el punto de control 8… Sólo quedan 10 km para culminar este Ultra Trail demoníaco… En este punto apenas me detengo unos tres minutos, sólo para beber y seguir adelante… Prácticamente ya lo veo hecho… Además en este tramo ya estoy coincidiendo con los corredores de la Starter y me van dando ánimos constantemente y tengo la suerte de que muchos corredores me reconocen y me saludan (Guillermo Castilla, Alfonso García y varios más..) lo que me inyecta dosis de energía extras… Pero…. El segundo momento terrible aún estaba por llegar.. Iluso de mí…!! Me hice una falsa composición de lugar pensando que ese tramo final hasta la meta se mantendría en las mismas condiciones que hasta el momento. Es decir, pista de tierra más o menos practicable y sin excesiva dificultad…
Los últimos 6 km han sido brutales, inenarrables, un martirio diabólico….!! Pensad que llevaba en las piernas 107 km y más de 25 horas en carrera… Mi cuerpo ya no existía, era todo una masa rígida que se movía como una mole granítica... Mis articulaciones eran un chirriante armazón de hierro forjado... Mis reservas de energía habían pasado a mejor vida y… En ese tramo final el circuito nos obliga a dejar la pista que seguíamos y nos desvía por zonas agrestes, tramos técnicos con desniveles y toboganes, incluso con muros de piedra, en forma de escalones, que había que superar…!! Esto es el infierno real…!! Uno cree morirse por segunda vez en estas circunstancias…. Por suerte, en esta fase coincido con dos compañeros que el año pasado hicieron la Starter y que este año repetían y entre los tres nos fuimos ayudando a superar los muros tirando de cada uno de nosotros desde arriba para ayudarnos a subir esos malditos escalones de piedra…
Los últimos kilómetros han sido una auténtica pesadilla o algo mucho más tenebroso…. Finalmente, tras más de 26 horas de sacrificio físico y mental, alcanzo los últimos 400 metros... Antes de cruzar la línea de meta, soy lo más parecido a un espectro en movimiento pero oigo a la gente que me aplaude y me grita a mi paso... Escucho sus voces lejanas pero están apenas a metros de mí.. Voces, gritos aislados, aplausos... Los sonidos del apocalípsis...?? Giro a la izquierda, mi mirada es aun totalmente inexpresiva y pero en un último gesto activo la cámara en mi mano derecha intentando regsitrar ese momento para la posteridad aunque 30 metros antes de llegar no soy capaz de mantenerla en alto y desisto en el intento... Un par de segundos antes oigo por los altavoces mi nombre: Y ahora entra Carles Aguilar tras más de 26 horas en carrera… Finisher del IDM….!!
Llego a meta y con las manos temblorosas marco el control final con el Sport-Ident… Rápidamente se dirigen hacia mi Rocío y Carmen, la chicas de Isostar, se me acerca un cámara de TV y Rocío, micrófono en mano, me hace una entrevista mientras Carmen y otros fotógrafos captan imágenes… Prácticamente no puedo hablar, no puedo articular palabras... Se me humedecen los ojos… Rocío me hace varias preguntas que yo intento responder con cierta coherencia… Estoy muerto, destrozado, finiquitado… Pensaba que no lo conseguiría… Pero empiezo a esbozar una sonrisa… Empiezo a darme cuenta de la realidad... Soy FINISHER del IDM 2012…!!
He atravesado el maldito infierno, pero he sobrevivido...
Como último dato os diré que de los 117 corredores que tomamos la salida el Sábado a las 12 del mediodía sólo cruzamos la meta 77. Es decir, hubieron 40 abandonos...
En la próxima entrada:
EPÍLOGO Y AGRADECIMIENTOS.
Todas las imagenes durante la competición han sido realizadas por el servicio de fotografia del Isostar Desert Marathon. Si has partcipado en el IMD ó en el IMD Starter puedes encontrar tus fotografías oficiales en Photoset