Soy deportista desde hace años, en concreto corredor de larga distancia, y mis entrenos son de alta intensidad y duración por lo que necesito recuperarme totalmente después del esfuerzo para poder asimilar la actividad física desarrollada y que esta repercuta en la mejora y progresión de mi salud en general.
Existen dos procesos que hemos de tener en cuenta ya que pueden tener un impacto no deseado en relación a nuestro organismo: el proceso oxidativo y el inflamatorio. Y los Omega 3 tiene un papel esencial ya que proporcionan un efecto protector totalmente demostrado.
En el caso de muchos deportistas, y en el mío también, es difícil mantener una dieta correctamente equilibrada fundamentalmente por la dificultad de establecer cuáles son las necesidades calóricas reales y, por supuesto, los horarios y las diferentes obligaciones laborales,
Los dos procesos que más preocupan a los deportistas son los oxidativos (relacionados con el envejecimiento de nuestro cuerpo y con una mayor propensión a padecer enfermedades) y los inflamatorios. Los ácidos grasos Omega-3 tienen un efecto protector en ambos casos.
Precisamente para mantener mi salud cardiovascular en perfecto estado, con una tensión arterial correcta y conseguir una mejora del síndrome metabólico (Conjunto de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular o una diabetes tipo 2) intento cuidar al máximo mi dieta y lo que tengo claro es que el consumo de Omega 3 produce unos grandes beneficios.
Los ácidos grasos omega-3 tienen reconocidos efectos sobre el sistema cardiovascular, como el corazón y las arterias, mejorando la función cardíaca.
Sistema neurológico: los ácidos grasos omega-3 facilitan la concentración, estimulan la memoria, mejoran el estado de ánimo e incluso la visión.
Protección antiinflamatoria: estudios recientes indican que la complementación con ácidos grasos omega-3 reduce el dolor muscular después de un ejercicio intenso, signo asociado a una inflamación local. Además, los ácidos grasos omega-3 pueden aumentar la fuerza muscular y/o reducir la fatiga, gracias a sus propiedades anabólicas en el tejido muscular.
Sistema respiratorio: el omega-3 puede mejorar algunos parámetros de función pulmonar como el FEV1 (volumen espiratorio forzado en el primer segundo) o la FVC (Capacidad Vital Forzada)
Metabolismo: los ácidos grasos omega-3 aumentan la tasa metabólica y disminuyen la masa grasa.
De modo que todo ello se resume, según varios estudios, que la correcta aportación de omega 3 a nuestro organismo podría favorecer un mayor rendimiento deportivo debido a los efectos anabolizantes, reducción de la inflamación, mejor recuperación y mayor aporte de oxígeno al músculo.
En definitiva, de un tiempo a esta parte incluyo los omega 3 en mi dieta diaria como suplemento alimentario. En concreto los obtenidos a base de un novedoso sistema de extracción conocido como SCC o Supercritical Concentration es un método de extracción de ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA y DHA) a partir del aceite de pescado que utiliza la tecnología de fluidos supercríticos para obtener una máxima concentración y pureza de los mismos.
La tecnología “supercritical concentration” basada en fluidos supercríticos permite la extracción y el refinado del aceite reduciendo prácticamente a límites no detectables las dioxinas y otros componentes no deseados del pescado, utilizando CO2 en fase supercrítica.
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