El entrenamiento cruzado implica el entrenamiento con un modo de ejercicios distinto del que utilizamos habitualmente con la finalidad de mejorar y mantener el nivel de actividad física, rompiendo la rutina y con menor riesgo de lesiones. Es decir, consiste en la utilización de más de una forma de ejercicio o entrenamiento para alcanzar los objetivos. Puede incluir ejercicios aeróbicos, de sobrecarga, o una combinación de ambos.
Entre los principales fundamentos del entrenamiento cruzado se encuentra el hecho de de desarrollar la fuerza, la potencia o la resistencia sobre un amplio espectro de ejercicios y movimientos.
De esta forma se obtienen beneficios en diferentes partes del organismo, tanto a nivel muscular como cardiovascular. Con el entrenamiento cruzado obtenemos resultados positivos en diversos aspectos que favorecen la práctica deportiva.
El entrenamiento cruzado permite preparar nuestro cuerpo para diferentes disciplinas deportivas, poniendo en movimiento todas las fibras musculares y no sólo algunas de ellas, lo que optimiza el funcionamiento del organismo y mejora la aptitud física global. Por otro lado, modificar el método con que entrenamos frecuentemente, incorpora variedad y nos permite salir de la rutina, lo cual significa progresos para nuestro cuerpo, ya que éste debe realizar un esfuerzo extra para responder a un estímulo al que no está acostumbrado.
El entrenamiento cruzado desafía a cada uno de los músculos y al sistema cardiovascular para que, finalmente, éste haga más eficiente su respuesta y así, ganemos beneficios para la salud y un mayor rendimiento deportivo.
Una más de las tantas ventajas del entrenamiento cruzado es que reduce el riesgo de lesiones por sobreuso y llena de diversidad el entrenamiento, lo cual reduce el aburrimiento, permite progresos y favorece la motivación.
Hay múltiples formas de realizar un entrenamiento cruzado y pueden aplicarse cambiando los ejercicios habituales, incorporando un nuevo componente al entrenamiento, modificando posiciones, utilizando las pesas y los ejercicios de flexibilidad para complementar los ejercicios aérobicos, entre otras posibilidades.
Una forma práctica de empezar con el entrenamiento cruzado es realizar diferentes actividades en diferentes días, por ejemplo, un día realizar ciclismo, otro día correr, otro natación y así sucesivamente para llenar de variedad y resultados el entrenamiento. Conocer los beneficios y la importancia de un entrenamiento completo y variado que favorezca todo nuestro cuerpo, es la base para continuar la línea de progresión y optimizar al máximo el tiempo que dedicamos a la práctica deportiva.
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