Domingo por la mañana, 08:00… El día había amanecido espléndido y no precisamente por la predicción de disfrute de un día soleado.... La climatología parecía que esta vez iba a favorecer el desarrollo del Maratón y se situaba en el lado favorable para los miles de maratonianos que iban a situarse en la línea a de salida. El parte meteorológico anunciaba cielo cubierto con un leve riesgo de precipitaciones muy débiles a partir del mediodía. Es decir, cuando la gran mayoría de corredores o ya habrían acabado el Maratón o les quedaría muy poco para cruzar la meta... Y, evidentemente, una temperatura ambiental que oscilaría entre los 13 y los 15 grados, es un marco perfecto para el Maratón....
La ciudad se preparaba para rendirse bajo los pies de los héroes de la larga distancia… Se respiraba un ambiente distinto en las calles adyacentes a la zona de la salida. Centenares de atletas iban de un lado a otro dirigiéndose a las zonas de los guardarropas con las expectativas depositadas en el devenir de las próximas horas… Comentarios distendidos entre los corredores que, evidentemente, intentaban disimular la tensión del momento… Habían llegado hasta aquí con centenares de kilómetros recorridos, largas y duras sesiones de entrenamientos, horas de sueño sacrificadas… Todo ello tendría en unos minutos una respuesta adecuada. El Maratón iba a imponer su ley implacable. El reto para muchos, en el caso menos favorable, era llegar a la meta, cruzar esa línea mítica, señal inequívoca de haber franqueado el temido muro. Algo que no seria fácil en absoluto, cada corredor es un mundo, cada uno tiene sus propios límites y sus propias ambiciones y hoy había llegado finalmente la hora de la verdad...
Una línea azul indicaba de forma inequívoca el trayecto a seguir a través de los 42,195 km, una línea que era el origen y el final de cada una de las historias personales que iban a encontrar su culminación en el Maratón. Una línea que los miles de maratonianos que se iban a reunir en la salida no podían permitirse el lujo de perder de vista.... Las calles paulatinamente se iban cerrando al tráfico. El Maratón iba tomando posesión de las principales arterias urbanas. Los uniformes azules de los agentes del orden se multiplicaban por momentos situándose estratégicamente en los cruces principales y los centenares de voluntarios recibían las últimas instrucciones de los organizadores…
Faltaban pocos minutos para el inicio de la gran prueba, más de 15.000 corredores ultimaban los pequeños detalles previos a la salida… Últimos estiramientos, comentarios finales entre unos y otros... El bullicio era incesante, los nervios a flor de piel se traducían en pequeños saltos de puntillas o flexiones espontáneas de muchos atletas... Los más rezagados se introducían con premura en el recinto de los cajones perfectamente delimitados e intentaban hacerse un hueco entre la marea de maratonianos.. Zona verde: 2 h 30 min – Zona azul: 3 h – Zona Roja: 3 h 30 min - Zona naranja: 4 h – Zona amarilla. 4 h 30 min…
En la inmensa avenida, sobre las cabezas de los miles de corredores se elevaban los globos azules de las liebres que la organización había facilitado con los tiempos finales rotulados de forma visible en cada una de las esferas suspendidas en el aire... Mientras, en los laterales de la zona de salida se iba agolpando el público expectante por compartir con los corredores ese momento estelar... Gritos de ánimo y un penetrante aroma a linimentos y espray para combatir posibles molestias musculares o articulares componían la escenografía típica de esos minutos previos...
Entre los miles de asistentes que se habian congregado en la salida del Maratón y de forma anónima estaba Ylena... Finalmente había decidido asistir también al gran momento de la salida, aunque no le había comentado nada a Erwan. Quería intentar verle de forma imprevista, sin que él lo supiera para darle esa pequeña gran sorpresa…. Ylena estaba viviendo intensamente ese momento... Durante esas últimas semanas había estado coincidiendo prácticamente a diario con Erwan, había sido cómplice de sus entrenamientos… Se había animado a desplazarse hasta el Maratón debido precisamente al hecho de haber conocido a Erwan y en esa mañana espectacular Ylena empezaba a darse cuenta de que Erwan tenía para ella un significado especial que hasta entonces no había querido reconocer... No sabía exactamente la razón principal pero había tomado la decisión de seguir a Erwan desde el principio, darle todo su apoyo, empujarle si era necesario para que Erwan alcanzara su objetivo… Ese chico me ha ganado… -Se decía Ylena- Tiene un magnetismo especial...!! y mientras se repetía interiormente esas reflexiones intentaba vislumbrar entre la gran multitud la silueta de Erwan preparándose en la zona de Salida....
Era el Maratón que Erwan había preparado sólo por ella, era el Maratón más deseado por Erwan. Había sacrificado demasiadas cosas para llegar a ese momento... Ella estaría, como le había prometido, en la línea de llegada dispuesta a obsequiarle con la mejor de sus sonrisas, con la más encendida ovación, con una mirada exclusiva para él... Para Erwan, el héroe del Maratón....
Ylena intentaba localizar a Erwan con su mirada, pero sus ojos se confundían entre miles de camisetas de colores intensos, entre el bullicio creciente de los corredores.... Ylena, cada vez más, sentía la necesidad de verle, de desearle suerte antes de la salida... Ylena quería localizarle para llamarle a su lado y.... besarle con admiración... Para desearle toda la suerte del mundo... En Ylena estaban despertando sentimientos hasta ahora desconocidos hacia Erwan... Y ella era plenamente consciente de su imperativa necesidad de tenerle cerca antes de la salida.... Ylena estaba descubriendo que Erwan le había calado hondo y había decidido al fin demostrárselo en una ocasión tan significativa como el día del Maratón…
Ylena no tuvo suerte… No pudo localizar a Erwan antes del momento estelar… Sonó un disparo al aire y miles de serpentines de colores fueron lanzados sobre los corredores que empezaban a moverse lentamente como una inmensa oleada humana avanzando con dificultad. Miles de zapatillas empezaban a impactar rítmicamente en el asfalto aún húmedo de la gran avenida... El griterío era incesante… Los corredores empezaban a ganar sus posiciones en función de la estrategia a seguir... El Maratón estaba en marcha...! Una vez más la épica del Maratón se manifestaba en toda su extensión….
Ylena esperó pacientemente en un lateral de la avenida escudriñando con su mirada esa auténtica avalancha humana que desfilaba ante sus ojos… Se esforzaba por identificarle entre la multitud, lo imaginaba totalmente centrado en esos primeros compases del Maratón, intentando adquirir el ritmo previsto para esos primeros kilómetros... Cada minuto que pasaba Ylena deseaba más fervientemente verlo en la distancia... Quería desearle suerte, quería que Erwan fuese consciente de que ella estaba allí, muy cerca...!
El Maratón ya rodaba por las calles de la gran ciudad y, de momento, Ylena, no había tenido la fortuna de poder visualizar a Erwan. Aún así decidió que lo intentaría unos kilómetros más adelante. Estaba completamente decidida a hacer un seguimiento hasta el final. Tenía un plano del recorrido del Maratón y de la red de Metro y eso iba a permitirle situarse en determinados puntos clave del recorrido. Llevaba consigo su cámara fotográfica preparada para inmortalizar algunos momentos de la competición y, por supuesto, la imagen de Erwan en pleno esfuerzo... Ese chico se lo merecía todo..!! –Pensaba Ylena -
Los dígitos del crono de la llegada marcaban exactamente 3 horas y 15 minutos…
El Maratón seguía su curso, los kilómetros se sucedían uno tras otro sin pausa... Kilómetros largos, interminables para unos… Kilómetros que transcurrían con inusitada rapidez para otros.... El Maratón poco a poco iba imponiendo su implacable ley... El dolor, el esfuerzo, la impotencia, el desánimo, el sufrimiento contrastaban con la determinación, la cadencia ágil, el ritmo fluido y la confianza de unos y otros.... Ylena estaba viviendo desde dentro la esencia misma del Maratón, deteniéndose en varios puntos en los que pensaba poder al fin localizar a Erwan... Pero la suerte parecía no acompañarle. Ylena estaba convencida de que cuando ella se detenía en alguna estación de Metro, subía a la superficie y rápidamente localizaba el paso del Maratón, Erwan hacia pocos instantes que ya había pasado por ese lugar... Estaba realmente molesta consigo misma... El Maratón llevaba ya casi 3 horas de recorrido y todavía no había podido ver a Erwan en plena acción…!! Por lo que finalmente decidió, para mayor seguridad, dirigirse directamente a la zona de llegada con tiempo suficiente y allí sí, con absoluta certeza, podría contemplar la llegada de Erwan... Lanzarse a sus brazos, besarle y…
Ylena llegó con suficiente antelación y, no sin esfuerzo, consiguió situarse en un lugar preferente donde podría visualizar sin mayores complicaciones los últimos metros del Maratón, la llegada de Erwan…!! Ylena estaba cada vez mas emocionada, contagiándose del ambiente festivo que se respiraba en la zona de llegada. Erwan era su punto de referencia, deseaba más que nunca verle por fin aparecer, cansado, quizás exhausto por el esfuerzo pero sonriente, buscándole a ella con su mirada… Esos últimos días había crecido en Ylena un sentimiento especial hacia Erwan. Le gustaba su actitud, su forma de hablarle y su manera de mirarla, como si quisiera leer en su interior, le gustaba sentirse observada por Erwan... Ylena quería que Erwan ese día viese recompensado su esfuerzo con la más intensa de sus sonrisas y besarle con toda sus fuerzas... Ylena le estaba esperando con impaciencia....
Se acercaba el momento, el crono de la llegada marcaba 3 h, 10 min de recorrido. Erwan estaría ya a punto de encarar los últimos metros del Maratón y ella no podía reprimir su nerviosismo. El momento crucial era inminente... Ylena fijaba intensamente su mirada en cada corredor que aparcería en la lejanía y encaraba la recta final. El corazón le daba un vuelco cada vez que creía adivinar al fondo al silueta de Erwan… Los corredores iban llegando cada uno con su propia odisea dibujada en sus rostros.. Eran la viva expresión del cansancio, del sufrimiento, pero a la vez del triunfo, de la gloria ansiada, del instante sublime de cruzar la meta del Maratón... Y Erwan estaba ya a punto de vivir ese instante y ella seria testimonio de esa secuencia espectacular que deseaba compartir con él....
Pasaron algunos minutos más… Los dígitos del crono de la llegada marcaban exactamente 3 horas y 15 minutos… Esa era la hora..!! A partir de ahí Erwan podía aparecer en cualquier momento... Ylena estaba ya totalmente contagiada por el ambiente que se respiraba en la llegada del Maratón: gritos enfervorizados de ánimo, corredores que llegaban exultantes mientras otros entraban prácticamente sollozando en la meta, quizás por el dolor o el sufrimiento, quizás por la emoción incontenida... Ylena se preguntaba en qué condiciones llegaría Erwan a su punto de destino y cuál sería su reacción al verla. Sintió en su interior un estremecimiento insospechado cuando el crono había marcado el tiempo previsto por Erwan… Quería más que nunca verlo llegar, abrazarse a él, mirarle a los ojos… Besarle como a un héroe…!
El cronometro no se detenía ni un sólo segundo: 3 horas 20 minutos, Erwan todavía no llegaba... Ylena recordaba sus palabras en días anteriores cuando le había explicado los mil y un imprevistos que pueden surgir en el Maratón y que pueden trastocar drásticamente cualquier previsión... Ylena pensó que habría sufrido algún pequeño contratiempo y que llegaría unos minutos más tarde… No importa...!! -Pensó- Su máximo anhelo era que Erwan llegase cuanto antes y, presa de su propia impaciencia, aplaudía aún con más fuerza a todos los corredores que iba llegando….
3 horas 25 min, 3 horas 30 minutos y Erwan no aparecía....3 horas 40 minutos, 3 horas 45 minutos… Ylena a estas alturas estaba ya realmente preocupada y el desánimo hacia presa en ella sin remisión.. Desánimo, desilusión, preocupación…? Una inesperada mezcla de sentimientos contradictorios que poco a poco la iban entristeciendo interiormente... Dónde estaba Erwan…? Por qué no había llegado aún….?
Ylena sólo acertaba a deducir que Erwan había sufrido algún problema durante el Maratón que le había impedido llegar en el tiempo previsto pero estaba convencida que al fin lo vería aparecer al fondo de la avenida... No podía ser de otra forma..!! Aún con esa esperanza pero con una sonrisa cada vez mas desdibujada en su rostro Ylena se dirigió a los asistentes sanitarios para preguntarles por los abandonos que se habían producido durante el Maratón intuyendo que quizás Erwan hubiese sufrido esa circunstancia y se hubiese visto obligado a abandonar… Pero nadie supo darle la información que buscaba... Si Erwan hubiese abandonado ella estaba convencida de que aún así se habría dirigido a la línea de llegada para encontrarse con ella, tal y como le había asegurado… Pero el tiempo pasaba inexorablemente sin noticias de Erwan… 4 horas, 4 horas 30 minutos, 5 horas…!!
Ylena se había mantenido fiel a su compromiso con Erwan, había permanecido todo el tiempo en el lugar indicado, había estado pendiente de todos los movimientos a su alrededor esperando verlo aparecer en cualquier instante dirigiéndose a ella y fundiéndose ambos en un ardiente abrazo...
El Maratón llegaba a su fin, más de 5 horas de recorrido, los últimos atletas iban cruzando la línea de llegada con toda la carga de sufrimiento expresada en su rostros pero rebosantes de alegría y orgullo por haber conseguido su propósito… Llegar a la meta...
Ylena, ya completamente abatida, hizo un último recorrido por la zona de llegada con la débil esperanza de localizar a Erwan en algun lugar... Volvió a preguntar a los voluntarios, a los auxiliares sanitarios por si se había producido alguna incidencia con algún corredor... Algo, en definitiva, que justificase la ausencia en la línea de llegada de Erwan... Pero no consiguió nada. Era evidente que Erwan no estaba en el Maratón… Su desolación era absoluta… Porqué..? -Se preguntaba Ylena- Qué ha pasado…? Dónde estaba Erwan…? Toda la ilusión que había reservado durante los días previos al Maratón, todos las miradas furtivas que le había dedicado, toda la complicidad que había crecido entre ambos, todo el sentimiento, toda la carga emocional que ella quería demostrarle precisamente hoy, se había diluido a través de las horas… Erwan no estaba en el Maratón… Finalmente Ylena se fue del lugar totalmente abatida... No alcanzaba a encontrar una razón que explicara esa ausencia...
Durante los días siguientes Ylena volvió a correr por la misma zona donde acostumbraba a coincidir con Erwan pensando en que volvería a verlo y al menos le daría una explicación convincente, un razonamiento valido para justificar su extraña ausencia…Ylena salía a correr albergando esa última esperanza. Todos los días a la misma hora, todos los días por el mismo recorrido, pero... Erwan había desaparecido... Jamás volvió a verle, jamás volvió a cruzarse con él… Desde ese día en la mirada de Ylena se dibujaba un pálido perfil de tristeza…
Erwan Field................... 3 horas 15 minutos 00 segundos
EPÍLOGO
Unos días después, en la sección de sucesos del periódico local apareció una noticia breve que indicaba el hallazgo en una zona forestal cercana de restos de unas zapatillas de running y jirones de ropa deportiva chamuscados y desperdigados por la montaña tras la espectacular tormenta que había castigado la zona por esas fechas.... No se supo nunca a quien pertenecían porque fue imposible identificar los pocos restos carbonizados que se pudieron localizar arrastrados por el agua y el barro de la tormenta algunos centenares de metros más abajo... Fue la imprevista consecuencia del terrible impacto de un rayo letal que dió pie a un lamentable suceso aún por resolver......
Ylena nunca lo supo, pero en lo más profundo de su corazón cada día que salía a correr pensaba en su héroe del Maratón, pensaba en Erwan y aun mantenía latiendo en su interior una secreta esperanza...
Ylena nunca tuvo conocimiento del extraño hallazgo en las montañas… Pero tampoco fue consciente de lo que ahora, amigos, os voy a desvelar y que ha sido el motivo principal por el que me he decidido a contaros esta historia. Un hecho por el cual llevo algún tiempo obsesionado y que me estremece cada vez que compruebo su evidencia....
Por casualidad, revisando las clasificaciones de ese fatídico Maratón en el que Erwan e Ylena deberían haberse encontrado, precisamente a la hora exacta en que Erwan le había prometido a Ylena que llegaría a la meta... Es decir, a las 3 horas y 15 minutos... Justamente en ese tiempo... Me quedé estupefacto al leer lo siguiente:
Posición:1.235
Nombre: Erwan Field
Chip: DH-7534W
Tiempo: 3 h 15 min 00 seg
Hasta tal punto me afectó ese descubrimiento que incluso contacté con los responsables de la organización del Maratón para verificar si se había producido algún tipo de error informático o alguna circunstancia anómala que explicara el hecho y... me confirmaron que todo el proceso de registro de chips electrónicos era correcto y que ese corredor, a todos los efectos, había entrado en meta…. Me quedé helado y sin poder articular palabra alguna… Erwan había entrado en la meta del Maratón.!!
Evidentemente no he encontrado ninguna explicación lógica… Pero lo más sorprendente, lo que me tiene totalmente colapsado es que, desde hace cuatro años, cada vez que se celebra el Maratón consulto los resultados finales e indefectiblemente aparece en la clasificación su nombre: Erwan Field, con su número de chip y el tiempo de registro de su llegada: 3 horas y 15 minutos… Erwan acude cada año a la cita con Ylena….
No puedo evitar estremecerme cuando intento razonar de forma coherente estos hechos... Cada año, desde entonces, Erwan acude a su cita con Ylena en el tiempo estipulado… Cómo es posible..? Cuál es la explicación…? Son preguntas sin respuesta que me repito constantemente y os puedo asegurar que desde que descubrí estos hechos, estoy realmente desorientado, no soy capaz de asimilarlo, pero la prueba irrefutable es que ese tiempo registrado en el Maratón es algo real... Aunque Erwan no está con nosotros, hace más de cuatro años que desapareció en una fatídica tarde de tormenta.…
Y, como os dije al principio, amigos, yo también soy maratoniano, también salgo a correr cada día y fue precisamente a través de Ylena que conocí esta historia. Ella me explicó su experiencia con Erwan y desde que fui consciente de estos hechos estoy inmerso en un auténtico dilema… Esta historia me supera…
Ylena desconoce lo que ocurre cada año en el Maratón y quizás sea mejor que nunca lo sepa... Cada año desde entonces se repite ese extraño suceso... Debería decírselo a Ylena o dejar que piense que Erwan simplemente desapareció para siempre….?
Cada año desde entonces se repite ese extraño suceso....
ENLACES A LOS CAPÍTULOS ANTERIORES:
- CAPITULO 1: UNA MAÑANA CUALQUIERA DE UN DÍA NORMAL...
- CAPITULO 2: UN ENCUENTRO CASUAL
- CAPITULO 3: LA LLAMADA DEL MARATÓN
- CAPITULO 4: LA TORMENTA PERFECTA
Triste final. Deberias decirselo, porque sin saberlo ella pensara que simplemente le dio plantón. Gran relato
ResponderEliminarClap, clap, clap!!! Genial Carles, me ha gustado mucho. Si los guionistas de Fringe pasan por aquí encontrarán un filón... :)
ResponderEliminarCualquier final menos el que has escrito, genial, simplemente genial¡.
ResponderEliminarA quien le gustan los finales felices, la realidad es que las cosas no siempre salen como nos gustaría y lo has plasmado muy bien.
Fresh Beer
Ya se a lo que te refieres cuando avisas de lo que engancha esto! No me extraña con esta calidad! Una hora leyendo del tirón los 5 capítulos del relato para un final tremendo en el cual me dejas sin palabras.. sinceramente, creo que Ylena viviria mas tranquila en la ignorancia de todo esto.
ResponderEliminarUn saludo.
Gran historia, nos has dejado en cuadro.
ResponderEliminarGuau, me has dejado sin palabras Carles. Uf, si fuera Ylena creo que me gustaría saberlo, pero es complicado...
ResponderEliminarMuy buena historia Carles! Me has tenido pegado al blog todo el tiempo...
ResponderEliminarAlgo se olía cuando hablabas de Ylena y no de Erwan...
ResponderEliminarvaya final carles,impresionante,mejor no le digas nada a ylena,saludos.
ResponderEliminarUff, Carles, vaya final! y qué yuyu me ha entrado!
ResponderEliminarMuy bueno Carles, me ha gustado mucho
ResponderEliminarGenial, Carles. Estupendo relato
ResponderEliminarGenial, magnífico.
ResponderEliminarYo se lo contaría a Ylena. ¡Pobre!
Gracias por regalarnos tan magnífico relato.
Muy bueno, que digo: espectacular.
ResponderEliminar...si hubieses cogido tu el final de Lost...
Salu2
G
Magnifico relato, un final genial. Si ves a Ylena dale el mensaje.
ResponderEliminarMuy currado Carles, me ha gustado.
ResponderEliminarBuen relato Carles, un abrazo.
ResponderEliminarGran final, Carles!! (a ver si ahora me deja comentar....)
ResponderEliminarAcabo de leer tu artículo en Planeta Running, muchas felicidades Carles, me ha parecido un gran artículo hecho desde tu grande y humilde punto de vista, que es para dejarse contagiar.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y enhorabuena de nuevo.
EStoy sin palabras...
ResponderEliminarMás, quiero más.
ResponderEliminarodio los finales tristes :-(
ResponderEliminarpero el relato es espectacular, emocionante, trepidante, cualquiera que corra se siente identificado en muchos parrafos.no sabia de la existencia de este relato, y me lo he tragado enterito ahora. mas vale tarde ke nunca.
pobre Ilena, con la ilusion ke tenia y se kedó con las ganas. no es justo
y.... un final alternativo?
un cordial saludo.